Después de unos meses sin volver por mi blog,hoy intentaré continuar con mi "pequeña historia".
Recuerdo el día que cogí mi coche y emprendí la marcha hacia lo desconocido.Un viaje de 7 horas en las que casi no dejé de llorar recordando el abrazo de mi hijo,antes de mi partida,y la cara sonriente(forzadamente sonriente) con la que me decía adios mientras me alejaba de la gente y la tierra donde hasta entonces había vivido.
A ratos sentía la incertidumbre de no sabre que sería de mi y de mi futuro a corto plazo,pues me alejaba de algo conocido para enfrentarme a algo desconocido y lejano en la distancia.
Llegué a mi nuevo destino y fui acogido con todo cariño y amor.Un amor y una ilusión que casi me dió miedo de no poder corresponder o estar a la altura.
Mi sentimiento por él era de cariño y de "algo especial" a lo que yo no me atrevería a llamar amor.Pero poco a poco fui enamorándome de él,de su exquisito respeto hacia mi,de su discreción,de su trato amoroso y de sus enormes ganas de hacerme feliz.
Sus hijos venían cada 15 días y pasaban 35 horas con nosotros.Las dos primeras semanas fue todo muy bien; ellos estaban contentos y yo me mantenía un poco en la distancia para no interferir en la relación con su padre.Pero esto duró poco.La madre comenzó a "aparecer" en los sitios públicos en los que estabamos con los niños y "marcaba las pautas" que debían seguir éstos.De esto pasó a insultarme y amenazarme en público (de ahí lo de "la ramera"),hasta que decidí denunciarla.En el juicio,al que no se presentó,se le condenó a 30 euros y...ya está.
Contenta con el resultado que iba obteniendo,la situacion se fue agravando cada vez más.
Dejaba que el fin de semana que los niños estaban con nosotros,la víspera( el viernes) les dejaba ver la tele o estar en el ordenador hasta las tantas de la madrugada con lo cual al día siguiente se dormían a las diez y media de la mañana en la silla de la cocina(literalmente).Los niños pasaban "control" cada poco,pues ella llamaba insistentemente al móvil del mayor para saber donde estabamos y que haciamos y por supuesto que es lo que debían hacer y decir en cada momento.
Con los niños entonces de 7,11 y 14 años respectivamente,intentaba relacionarme como entendía que sería mejor y menos doloroso para ellos,pero ellos no pensaban lo mismo y cuando participaba en sus "juegos" siempre terminaba recibiendo sus caricias a modo de tortas.
Cada vez más,los fines de semanas eran casi una tortura.Venían fatal,cansados y con la "cartilla" leída.No querían hacer nada,ni hablar,ni salir,ni ir al cine,nada.Poco a poco y con muchíiiiiiiiiiisima paciencia (pongo muchas íes por que realmente era mucha),conseguíamos que cambiaran la imagen que su madre les transmitía y el sábado noche conseguíamos tener una tertulia más que aceptable entre los cinco.Todo esto cambiaba cuando se acercaba la hora de volver a llevarlos con la madre(domingo 21h).Entonces su actitud cambiaba y se volvían cabizbajos,serios y ausentes.En el momento de bajar del coche ni siquiera se acordaban de despedirse del padre,y entraban en casa como una exhalación.
Todo esto acabó un día en que los niños,primero uno y después los tres,dijeron que no querían ir con su padre nunca más.En estas fechas yo llevaba 5 mese viviendo con mi pareja.
Durante 9 meses fuimos a buscar alos niños cada dos semanas como correspondía,y a la pregunta que les hacía su padre de por qué no querían venir,ellos contestaban de manera diferente según el día.A veces decían que mientras estuviera"esa"(osea yo) no vendrían.Otras que su padre les trataba como un perro.Otras era su madre las que les conminaba a decir lo que ella les había dicho antes....etc
Pusimos unas trece denuncias y en el primer juicio,mi pareja sufrió una crisis de ansiedad y tuvo que salir de la sala mientras entre lágrimas le decía a la jueza:"no veis que me están quitando a mis hijos?".
La sentencia dió la razón a la madre pues en teoría ella no se niega a que sus hijos no vayan,si no que son ellos quien por decisión propia no quieren ir.
Ya no fuimos a más juicios pues realmente vimos que nadie iba a entrar a valorar el por qué unos niños que tienen una buena relación con su padre,se nieguen a verle sin motivo aparente.
De esto hace ya tres años y tres meses,en los que el régimen de visitas se incumple.Y no sólo eso,si no que no hay ninguna posibilidad de saber nada de estos niños.El pequeño hizo la 1ª Comunión y su padre no se enteró,pero ella se encargó de decir a todos que su padre ya lo sabía y que estaba muy contento de que su hijo la hiciera pero que no podía venir a la celebración.
El hijo mayor cambio de colegio y oficialmente no sabemos nada(de esto hace ya 9 meses).Van de vacaciones,colonias,cursos,etc.. y sólo tenemos noticias porque la madre pasa factura.
Huelga decir que la justicia(?) jamás ha hecho nada para evitar que unos hijos se queden sin padre,máxime cuando vive,que no se ha muerto.La corrupción y lo "politicamente correcto" ha jugado un papel importante en todo este proceso,sin olvidar la inestimable ayuda de una abogado resentida y amargada que ha hecho un daño irreparable a unos niños con el único objetivo de beneficiarse ella y su clienta.
Por nuestar parte hemos tenido 7 abogados y ninguno de ellos ha tenido las suficientes agallas para luchar por tanta injusticia e impotencia,importándoles unicamente el trabajar poco y no liarse demasiado en hacer demnadas que se sabe de antemano que no se van a conseguir frutos.
Eso si de los honorarios no se han olvidado ninguno y en tres años ha supuesto una cifra económica muy importante.
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